Volkswagen fue la primera empresa en creer en el mecanismo de cambios con embrague doble, y ya esta en la segunda versión de su sistema DSG de siete velocidades. Una solución que se está haciendo fuerte ya que tiene las virtudes de un cambio automático sin aumentar el consumo del motor.
En los comienzos, la primera de una larga serie, fue instalada en un Golf R32, el primer auto en ser equipado con una transmisión a doble embrague en el año 2003, hasta entonces esta solución estaba reservada al mundo de las carreras. Mas adelante lo siguió el Audi con el modelo TT t otras marcas del grupo alemán, un verdadero pionero en el tema.
Ahora, después de cinco años, tenemos el DSG de siete relaciones, con una velocidad más que el anterior (que sigue siendo para los motores más potentes), pero 16 kg más liviano.
Un sistema deportivo pero sin desperdicios. Aunque un poco tarde, al resto de las automotrices se les dio por incursionar en esta transmisión. Ya Ford y Volvo montan una transmisión de “doble embrague” en algunos modelos. BMW ha comenzado con el modelo M3 y continúa montándola en el nuevo Z4 y las coupes de la Serie 3, Mitsubishi y Nissan, no se han quedado esperando, mientras que Ferrari la ha adoptado para la reciente “California” y en los próximos meses veremos incluso a Fiat utilizando esta nueva tecnología ya que anunció que a partir de junio de 2009 comenzará a fabricar su sistema de 6 velocidades (C 635) que será instalado en las berlinas de tamaño medio Bravo y (Lancia) Delta.
Por qué tanto interés? Simplemente por que se trata de una transmisión cómoda para manejar; como en las transmisiones automáticas no tiene pedal de embrague, ya que todo lo hace un mecanismo electrónico, y todo se hace muy velozmente consumiendo menos potencia del motor, lo que contribuye a una importante reducción en el consumo de combustible.
Dos discos: uno para las marchas pares y el otro para las impares. En una de las fotos puede verse el corazón del mecanismo. El mecanismo de embrague conectado al motor transmite el movimiento y el torque del motor a uno de los dos discos; el externo para las marchas impares y el otro para las marchas pares y la marcha atrás
Ambos están gestionados por un sistema de levas, cuando uno transfiere la potencia a las ruedas, el otro se desconecta.
La transmisión de 7 marchas funciona con el mismo principio de la de 6 marchas: a través del mecanismo de doble embrague se transfiere la potencia del motor a uno de los dos ejes de entrada en la caja de cambios. Sobre el primero, el interno, se encuentran los engranajes de la 1ra, la 3ra, la 5ta y la 7ma velocidad, que hacen girar uno de los árboles de salida conectado al diferencial de las ruedas delanteras. Por ahora no está previsto el uso en tracciones integrales.
De manera análoga, el segundo eje de entrada, accionado por el otro disco, esta conectado al segundo árbol de salida donde se encuentran los engranajes de la 2da, la 4ta y la 6ta velocidad, además de la marcha atrás que utiliza un tercer árbol de salida para hacer girar las ruedas en sentido contrario.
Cuando se conecta una marcha, por ejemplo la 3ra, también se conecta la siguiente (la 4ta o, si el sistema detecta que el auto está desacelerando, la 2da) pero con el respectivo disco de embrague desacoplado. En cuanto el sistema, o el conductor, deciden realizar un cambio, los actuadores del sistema solo tienen que desacoplar un disco y acoplar el otro, en una operación rapidísima.
Si, por ejemplo, con este sistema se conduce a baja velocidad en un cambio alto, por ej, circulando a 60 Km/h en 7ma velocidad y se necesita realizar un rápido sobre paso, simplemente al oprimir el acelerador “a fondo” el sistema puede descender rapidamente hasta, incluso, conectar la 2da velocidad.
Fuente: Mundoautomotor